EL TOPO:
Tras ver esta película decidí dos cosas: primero, dedicarle esta "Apología de..." y después dejar pasar un par de días para rebajar la euforia que entonces iba a embargar al texto. Periodo que no ha servido de nada puesto que sigo pensando lo mismo que cuando abandoné la sala: es una obra maestra sin paliativos. Pero vayamos por partes:
Lo primero a destacar es el soberbio guión, verdadero mecanismo de relojería, que vertebra el film y que es a su vez una adaptación de una de las novelas de John le Carré en torno a la figura del célebre agente Smiley; la tercera para ser más precisos. Presupongo que el trabajo, que han realizado Bridget O'Connor y Peter Straughan, ha sido modélico como así parece atestiguar el Oscar a que opta pero, por desgracia no he leído el libro en cuestión, falta que pienso subsanar en breve. Podríamos decir que a grandes rasgos trata de la misión que emprende el señor Smiley a petición del ministerio para descubrir al topo que ha infiltrado el Centro de Moscú en la cúpula del Circus (trasunto del MI6), de la que el mismo ha sido cesado tras el fracaso de una misión en Hungría. La trama es bastante compleja y está muy bien conducida, con pulso y ritmo envidiables, descansando principalmente en gran desarrollo psicológico de los personajes. No son éstos los espías a que nos tenía acostumbrados el cine: lejos de los maniqueísmos propios de autores tan mediocres como Tom Clancy, no hay buenos ni malos, sino que el trabajo de inteligencia es llevado a cabo por agentes más cercanos a burócratas que a James Bond. De hecho hay muchos momentos de enorme ambigüedad, la diferencia con otras películas es que ésta está construida así a propósito.
Esto nos lleva al inconmensurable trabajo actoral de la película: De un Gary Oldman mayúsculo, totalmente alejado del histrionismo que le es habitual, pasando por John Hurt, muerto en los primeros compases pero cuya magnética presencia sobrevuela todo el filme, unos Colin Firth, Mark Strong, David Dencik, Toby Jones y Ciarán Hinds solidísimos como insondables miembros del Circus bajo sospecha y, finalmente Benedict Cumberbatch y Tom Hardy como agentes de a pié implicados en una trama que los sobrepasa. Del resto, incluyendo hasta el último figurante, todos cumplen sobradamente.
El motivo real que condujo mis posaderas al cine fue el de ver que tal se desenvolvía Tomas Alfredson fuera de su Suecia natal y después de esa genialidad que era "Déjame entrar" y puedo decir que no me ha defraudado en absoluto, más bien al contrario: para mí es desde ya uno de los mejores directores en activo, con una carrera por delante que promete dejar huella. A él corresponde el mérito de que las distintas piezas que componen la película encajen sin la menor de las estridencias y, principalmente, el ritmo y la potente narrativa visual. Como espectador valoro enormemente el que no se me trate como a un idiota, cosa que no sentí en ningún momento con esta película: hay una lectura tras cada plano y de nosotros depende salir del cine habiendo entendido plenamente el film. Alfredson no nos da la historia masticada, con revelaciones de perogrullo o disertaciones que subrayen el pretendido sentido de todo, sino que utiliza con excelencia el medio del cuál es un maestro: el cinematográfico.
Me dejo para el final, aunque sin restarle la importancia que se merece, la maravillosa banda sonora que ha compuesto Alberto Iglesias, justamente nominada al Oscar. Desde que lo descubrí en "Tierra" no ha dejado de crecer la admiración que le profeso. No es chauvinismo, es el justo reconocimiento a uno de los grandes compositores de nuestro tiempo.
En cuanto a la necesaria clasificación del filme podríamos englobarlo dentro de los thrillers de espionaje de vertiente realista, género al que me he acercado en escasas ocasiones y de las que me vienen a la cabeza "Marathon Man", "Nuestro hombre en la Habana", "El espía que surgió del frío" del propio le Carré,"La conversación", "La vida de los otros" o "Munich". Me consta que son muchas más.
No se acostumbren a tanta loanza, es simplemente que esta película se la merece. Me gustaría explicarles realmente el porqué es tan buena, pero les reventaría la historia porque técnica y discurso son indisolubles.
Un consejo: véanla.