Relatos berracos:
Fiel al mi estilo y constancia, cada vez publico una marcianada mayor. Hoy les traigo un relato infecto que se suma a la poesía que redacté con ocasión de mi alabanza a Peter Molyneux en mi intento por destruir la credibilidad de cualquier género literario. Mírenlo por el lado positivo: si desoyen esta advertencia y deciden seguir adelante comprobarán que al acabar si todavía conservan ojos en lugar de cuencas humeantes cualquier cosa que lean a continuación les parecerá merecedora del Nobel de literatura. Y por cualquier cosa me refiero a las mayores simas de la inmundicia literaria: La Razón, las novelas de Tom Clancy, mis otros post, la saga Crepúsculo, los análisis de la Meristation, el Hola, los folletos de los evangelistas, los reanálisis de la Meristation, las novelas de vaqueros que vendían en los estancos y un largo etcétera. Y ahora, sin más dilación, el relato que les descubrirá los beneficios de las camisas de fuerza:
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La berracada del día II
Emoticonos
Hoy doy por concluida la pequeña remodelación de los comentarios de esta página. A mi nulo conocimiento de xml se suma mi aterrador gusto estético para que a partir de ahora comentar se convierta en algo atroz. Además, he incluido la posibilidad de añadir emoticonos a los comentarios: la selección, que va de lo aleatorio a lo esquizoide, no es definitiva y si por casualidad alguien hecha en falta la expresión de un determinado sentimiento o gesto sólo tiene que pedirme que la incluya y lo haré gustoso si me sale del zipote.
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Mi ayudante dominatrix imaginaria está abierta a todo tipo de sugerencias. |
17 mayo 2011 |
Publicado por
Palomino
en
5:34
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Comentarios de mierda
¿Casual o Hardcore?
Antes de comenzar el artículo les propongo que realicen este test creado por parapsicólogos de la prestigiosa Universidad de Lepe para ver en que lado de la discusión se encuentran:
La entrada de esta semana va dedicada a la diferenciación que se hace de los jugadores desde las empresas y de como ésta ha calado entre sus consumidores. Adelanto que me parece una soberana gilipollez, no tanto el concepto original sino aquello en que se ha transmutado. Además, como yo no soy anglosajón y estoy un poco hasta el escroto de eso de substituir palabras que ya tenemos en castellano por otras de fuera para convertir nuestras conversaciones en una puta estridencia, prefiero referirme a las mismas como ocasional y habitual; y uso ambos términos por que son respectivamente los significados que realmente les corresponden: un casual es un jugador que hace honor a su nombre poco tiempo y un hardcore uno que se envicia cosa mala. Por desgracia, lo cómico de los términos hará que los excrete una y otra vez olvidando esta declaración de intenciones.
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Decididamente hardcore. |
Pero lo que a simple vista era un gran éxito, no sólo de Nintendo sino de toda la industria, cogió al resto de empresas a traspié. Éstas estaban, y siguen, inmersas en el modelo que todos conocemos: nula innovación jugable acompañada por un incremento gradual de la potencia gráfica.
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Si esto no es hardcore |
Uno de los motivos principales de disputa es el de los dispositivos de control: mientras que unos defienden una simplificación que los acerque a las acciones que buscan reflejar, otros optan por introducirles botones y palancas cual Michael Schumacher a su volante. La discusión se decantaría claramente del lado de los que defienden el control por movimiento si no fuese porque hoy en día esta tecnología es todavía un poco deficiente y reconoce exclusivamente movimientos de carácter masturbatorio que como entenderán no dan mucho juego más allá de hacer el mongolo . De no ser así no hay duda alguna de que es mejor simplificar algo que se ha alejado demasiado del objeto que perseguía originalmente y que se ha convertido en una obtusa marcianada. Es normal que controlemos un avión sirviéndonos de un montón de botones porque a fin de cuentas no tenemos alas ni nos desplazamos enteramente en 3 dimensiones, pero que para manejar a nuestro émulo monigote tengamos que utilizar dos palancas ¿? y una retahíla de botones es absurdo. Jueguen sino al Heavy Rain y alucinen.
En un principio dos botones servían para un par de acciones como mucho, pongamos por ejemplo saltar y disparar y la cruceta para moverse; lo que era bastante ortopédico pero intuitivo. Pero con los años los juegos se han ido volviendo cada vez más complejos y ponen a nuestra disposición muchos más movimientos y en muchos casos hemos de controlar incluso la cámara. El problema es que los mandos de control no han tenido una evolución paralela sino que han ido aumentando exclusivamente el número de sus botones y por tanto la complejidad de su uso. En este caso los controles se han erigido en barrera que impide sentir como propia la característica más relevante de los videojuegos como medio: la interactividad.
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En serio, menudas perolas. |
Tampoco parece estar muy claro qué convierte a un juego en casual a ojos de los usuarios. La dificultad no parece ser un factor porque el ocasional catálogo de la NES haría sudar sangre a cualquier habitual. La duración de la experiencia jugable tampoco parece ser un hecho diferencial puesto que hay juegos casual de extensión considerable; esto no es incompatible con partidas cortas pues lo único que hay que hacer es segmentar el contenido jugable en gran cantidad de pequeñas secciones o logros. En el caso de la temática tres cuartos de lo mismo: hay juegos casuales de todos los géneros y para todas las edades. De hecho, hay un sinnúmero de juegos de difícil clasificación si nos atenemos a este dual criterio: ¿Es el Pro Evolution casual o hardcore? ¿Y los juegos arcade? ¿Y el 90% del catálogo de la Dreamcast?
En el fondo, el problema parece ser la narrativa: un juego con una ingente cantidad de la misma necesita de partidas largas por lo que en los ocasionales ésta se ve reducida a un carácter testimonial en pos de la inmediatez. Piensen en los juegos ocasionales como aquéllos que se llevarían al cagadero para amenizar la evacuación del almuerzo del día anterior. Desde luego un Metal Gear no sería la mejor opción; cuando hubiese acabado la intro ya se hubiesen dado la vuelta de tanto empujar.
Los hardcore, aparte de las connotaciones claramente sexuales de su nombre, se han olvidado de que la finalidad de un videojuego es divertir y de que esto puede conseguirse de múltiples maneras. Autoerigiéndose en paladines de la pureza de las formas videojueguiles pecan primero de prepotentes y cejijuntos al ningunear a un amplio sector de los usuarios que sienten como subnormales simplemente por no compartir su visión, y de desmemoriados a continuación por haberse olvidado de que la forma actual de ver los videojuegos no es más que una perversión de otra que se parece sospechosamente a la casual.
Por el contrario, yo creo en la coexistencia pacífica de ambas formas de ver los videojuegos: por una parte están aquéllos que tienen poco tiempo o que quieren diversión inmediata y por otra a los jugadores de géneros que si precisan narrativa e ingentes cantidades de tiempo. Es por ello que la pregunta que corona este post no tiene sentido alguno
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Sigamos este entrañable ejemplo y compatibilicemos ambos mundos. |
10 mayo 2011 |
Publicado por
Palomino
en
13:08
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Comentarios de mierda
Etiquetas: opinión, tetas, videojuegos